domingo, 8 de noviembre de 2009

Nos cerraron las puertas del paraíso


En el rincón aquel ya no está la rocola
sobre la barra ya nadie ahora hace olas
solamente la araña baila sola
con sus piernas de good old rocanrol
Jaime López

De por sí las puertas del paraíso nunca las vamos a ver, digo, estoy consciente de que el cálido infierno ya me guarda la suite presidencial, para que luego las puertas del otro paraíso nos las hayan cerrado pos ya son chingaderas, ¿no? Me refiero a una cantina de acá de Torreón que tenía ese bonito nombre, El Otro Paraíso, lugar de solaz y esparcimiento atendido por el único cantinero poeta-filosófo AA, Don José.

el autor del bló y don José

Con Don José podias hablar de literatura, de cine, de filosofía, de buena pornografía, de viajes y viejas, con una mente aguda y sobria. Podíamos llevarle nuestros retazos de poemas y si él daba el visto bueno ya sabías que era publicable, seguramente muchos de mis amigos escritores y músicos llevaron ahí sus libros y canciones antes de llevarlos a un taller o de plano con un editor, con José de crítico sabías por dónde estaba la onda. Tenía en el espejo de la barra de su cantina poemas o textos que sacaba quién sabe de dónde, luego nosotros le decorábamos la barra con nuestros bodrios, pero él siempre feliz.

Como era una cantina no podían entrar nuestras amigas, así que para evitarse broncas de plano cerraba el changarro para nosotros, cabe mencionar que de todos modos El Otro Paraíso no era muy visitado, así que siempre la sentimos como nuestra, la usábamos para lecturas públicas, para exposiciones y performans. Era salón de juntas y de arrejuntes, dio trabajo a desempleados que cobraban su semana con cerveza, dio cobijo a crudos de media mañana, fiaba hasta el fin de semana, regalaba tequila añejo pal desempance, daba botana exótica "hecha con sus propias manitas"... Hasta que un día el buen José nos dijo que andaba vendiendo, "ya me cansé de tanta mamada", me decía, quiero vender este pedo, y acabó por venderle a un güey que terminó haciendo de nuestra cantina un lugar pa nomás ir a ver el futbol, con pósters del santos laguna y todo el numerito. Si José, dejamos de ir, borraron nuestras pintas y nos negaron las encerronas. Hace poco supe que lo habían vuelto a cerrar, nos cerraron dos veces el paraíso, que mal pex.

1 cuadros de papel higiénico:

Anónimo dijo...

... aun queda el aroma de gobernadora en el baño . . .