martes, 17 de julio de 2007

Honky Tonk Woman

Una vez terminado el concierto de los Stones en el Paso, Tx y con la efervescencia de haber sido testigos de un evento de tal magnitud decidimos mis acompañantes y su servidor seguir por el camino del rocanrol hasta donde topáramos; he aquí lo que pasó.

I met a gin soaked bar-room queen on Memphis / she tired to take me upstairs for a ride / she had to heave me right across her shoulder / cause I just can't seem to drink you off my mind.

El estadio donde fue el evento está dentro de un campus universitario, el campus de la Universidad de Texas en el Paso y a sus alrededores hay lugares donde los chavos gringos van a divertirse, por supuesto todos los bares estaban hasta la madre esa noche. Mi acompañante Luis y su amigo al que llamamos "la bestia" (neta que así le dicen) decidimos entrar en uno de estos lugares, el bar donde entramos se llama "HEMINGWAY". Con el puro nombre me imaginé que ahí daban buenas bebidas y sí, al entrar me encontré con afiches del viejo escritor y su carota blanca y barbona pintado en toda una pared del bar, el viejo y el bar pensé.

it's the honky tonk women / gimme, gimme the honky tonk blues

Ahí estaban departiendo alegremente chavos universitarios con gente que asistió al concierto y por supuesto todos hablaban de lo que acababamos de ver. Como yo llevaba la playera del concierto se me acercaron unas gringitas de esas que nomás vemos en películas porno, con busto enorme que mostraban alegremente al visitante; salieron conocidas de Luis de la universidad y me presentaron como el visitante, viene de México a ver el show dijo Luis a las chichonas, houu, dijo una, ¿mexican? simón, le dije, -qué tomas? -una cerveza questá super rica que me dieron en la barra, cerveza alemana oscura que me sirvieron de un barril, -quiero una me dice una deyas, -pídela, y ahí estábamos de repente departiendo con tres gabachas borrachas.

Cuando estaban por cerrar una de ellas me pregunta que onde me estoy quedando, le digo que con la bestia y Luis, train carro? me pregunta en inglés arrastrado, nop, andamos a pie, -los llevamos, -ok gracias, -amos en mi troka dice la que se veía más peda, volteo a ver a Luis y este me echa una mirada de: pos yastamos aquí, no? acepto y nos subimos en el carro de una de ellas, salimos rumbo a quién sabe dónde con una botella de whisky y de repente estamos en un estacionamiento del campus. Pinches gringuitas casi me chupan hasta el tuétano, tan cabronas, y de repente en flashazos despierto en la casa donde me estaba quedando y veo a los otros dos cabrones muy dormiditos y con caras de apestosa felicidad. Cuando despertaron nadie dijo nada de la noche anterior, guardé mi playera que la gira de los Stones que olía a todo lo que se pueden imaginar y con ese perfume crucé la frontera para regresarme a Torreón. Doy gracias a los niños del infierno Jagger y Richards por los favores recibidos.

(yeah!) it's the onky tonk woman / gimme gimme gimme the honky tonk blues

lunes, 16 de julio de 2007

No son los mejores, pero son los adecuados

Es verdad que cuando amas la música siempre hay discos que te cambian la vida o de alguna manera te ayudan a sobrellevarla, o de plano hay canciones que se convierten en himnos tanto de tu generación como de tu persona.

Esta lista (o no tanto) es de los discos que me cambiaron de manera más cabrona; no los que más me gustan ni los que me llevaría a mi tumba faraónica que ya estoy construyendo, sino los que me señalaron el camino, si alguien me quiere conocer estos discos debe de tener. Salú.


DESTROYER
KISS
Tendría yo cinco años la primera vez que escuché este disco. Un buen amigo tenía un hermano que ponía este disco hasta la náusea; éramos vecinos y me invitaba a su casa a ver las portadas de los discos de su carnal y cuando la aguja del tocadiscos surcaba la primera canción sonaba Detroit rock city y me quedaba como pendejito viendo esos cuatro monos saltando como de un volcán. Desde esa edad dije: quiero! y quiero mucho deso, por favor. Luego me convertí en fan de la revista simón simonazo donde salían los del chiss y con eso pinté mi etapa de niño, ese disco marco mi infancia.




THE BEATLES 1967-1970

El famoso disco azul de recopilación beatle, el primer disco que compré con mis domingos. Dsde antes de cumplir los doce ya amaba la música del cuarteto y sobre todo su etapa más pacheca que fue esta. Alucinaba sin sustancias cuando escuchaba I'm the walrus, strawberry fiels forever y etc. Disco que me enseñó a escuchar la música como algo sagrado y no nada más como algo bonito para bailar, como se estilaba con la mayoría de la música de los ochentas.






THE JOSHUA TREE
U2


Cuando estaba en la secundaria los chavos de la escuela eran "generación timbiriche" y su servidor traía bajo el brazo este álbum como si de un salvavidas se tratara. A nadie se lo enseñé, a nadie se lo ponía cuando me visitaban en mi casa: era mi disco cual Gollum adolescente. Sin pretensiones mesiánicas, ni nada de tratar de salvar el mundo, Bono y compañía dieron al mundo el mejor disco de rock de los ochentas y yo amé este material porque sin saberlo ahí estaban himnos atemporales como aún no encuentro lo que estoy buscando o contigo o sin ti que marcaron de manera definitiva esa etapa de mi vida.

NEVERMIND
NIRVANA

El disco perfecto para la vida inperfecta? Eso parecía ser para mí la primera vez que recibí este mazazo en la cabeza cortesía de Kurt y compañía. Nunca más un grupo tan desesperadamente salvaje y desolado, encabronado y cínico, sucio y patético, tal cual mi vida en ese tiempo de medidados de los noventas. El pendejo de Cobain me ladraba al oído su oido a la vida y yo le decía sí, a güevo que todo esta jodido, pero nomás nos queda divertirnos hasta morir. El lo entenidó así y cuando ya no fue divertido se fue a chingar a su madre, pero nos dejó este disco pa' que no se nos olvide que alguna vez fuimos furia.




AN AMERICAN PRAYER
JIM MORRISON

La razón por la que empecé a escribir y a hacer los performance musicales en las presentaciones de los difrerentes combos artísticos a los que he pertenecido. Nadie por acá hacia lo que Morrison me dictaba desde la cinta, ningún libro me llevó hasta las catacumbas como este disco. A feast of friends es un poema que a la fecha me pone la piel chinita y me hace decir que prefiero un festín de amigos a la familia gigante. Magnífico material y un buen gesto de los otros Doors a su amigo muerto.