lunes, 31 de agosto de 2009

Las frías (parte II y... ¿última?)

En nuestro capítulo anterior teníamos a nuestros héroes a una botella de litro de ser llevados a lo oscurito por un par de jotos feos y peludos (si hubieran estado bonitos otro gallo cantaría); pero veamos qué pasó a continuación.

Resulta que en un momento dado de la noche, ya con los esfínteres apretados, Gaytán dice a Ramírez: ira, haz como que vas al baño y ve búscate a estos cabrones, no es posible que no hayan venido; si no los vemos entonces sí ya nos llevo pifas y si estos putitos la hacen de pedo salimos perdiendo, ya les debemos mucho dinero. Okeys, dice Ramírez. Se levanta de la mesa diciéndoles a sutano y perengano: orita, vengo voy al baño. Te acompaño, dice pelos; nop, pérame, orita nos vamos por las frías. Con eso aquellos lobos feroces babeaban. Chin, dijo Gaytán sintiéndose Caperucita.

De rato y como si hubieran pasado siglos, Ramírez se acerca con Gaytán y le dice al oído: ya chingamos, ya vi a Soto, ya le platiqué el asunto y dice que nos espera en el carro con la prima, nomás que veamos cómo salimos sin que se den cuenta estos dos, pensaba el par, y fue cuando la suerte estuvo de su lado. Sutano dice: voy al baño, manita, cuídame a los muchachos. Sale de escena y Ramírez guiñándole un ojo al que quedaba le dice, deja voy a ver qué se le ofrece. El que se queda en la mesa con Gaytán piensa que ya tiene el numerito hecho y le pregunta a Gaytán: ¿qué se te ofrece antes de irnos?, éste le dice: ve a la barra y pídeme una cheve pal desempance, ¿no? Ok, deja voy, no te me vayas güero; no, ¿cómo crees mi vida?

En cuanto le da la espalda y se interna por la barra llena de gente, Gaytán ve su oportunidad y sale entre la gente casi corriendo. Ramírez ya está en la puerta esperándolo, el que sale del baño los ve salir, le grita al otro: ¡se van, alcánzalos! Y como en peli chafa, afuera está un carro amarillo con el motor encendido, brincan dentro del carro, todos adentro van cagados de la risa menos Gaytán y Ramírez.

En un semáforo los alcanza un carro blanco y, ¡no mames!, son sutano y perengano bien encabronados. Párense cabrones, que nos van a pagar tod. Dan vuelta en u, tratando de escapar del par de lilos encabronados, y empieza una persecución peliculesca. Al volante va la prima de Soto, diestra pa manejar. ¡Ahí vienen, dale! Entran en una calle oscura, apagan luces y se estacionan; al segundo pasa el carro blanco, no los ve, se quedan ahí un rato más y cuando parece que ya todo pasó regresan a la casa de la prima. En el camino todos se burlan de Gaytán y Ramírez, sobre todo las amigas de la prima, que a partir de ese día ven en este par de pubertos, a dos caquines en potencia, ya nada las hará cambiar de opinión, ni modo; pero esa noche sí la vieron cerca.

domingo, 30 de agosto de 2009

nit beat


sábado, 15 de agosto de 2009

Acabo de abrir un negocio

Les paso el dato y la dirección. Por favor, acompáñenme a tan bonito lugar.

Gracias.

Las frías (parte I)

Ramírez y Gaytán no eran muy dados a ir a las discos, de hecho les cagaban dichos lugares, siempre prefirieron las fiestas en casa de alguien o nomás echar la cheve afuera del Oxxo que estaba por la escuela, pero he ahí que una vez hubo una buena razón para ir a una, aunque a partir de ese día ya no regresaron a una disco en particular.


Soto les dijo una tarde que una prima de él los andaba invitando un viernes por la noche a la disco ¡Oh, no! (me cae que así se llamaba la disco esa), donde cada viernes había barra libre; o sea -dijo Soto a este par-, va'ber pisto y viejas, mi prima lleva a otras dos y ya conocen cómo es mi prima (sí, ya sabíamos cómo era de desprendida la susodicha). Así que sin batallar mucho Gaytán y Ramírez aceptaron ir esa noche al antro ese. Quedaron de verse ahí.


Ramírez y Gaytán llegan puntuales a la cita pero no ven a Soto ni a las demás. Gaytán siente náusea de estar en un lugar así, no acostumbra estar rodeado de tanta gente bonita, pero de todos modos entran, se dirigen directo a la barra; dos cervezas y a observar la fauna que un vier-nesen-la-no-che-sa-lena-re-ven-tary-di-ver-tir-se-guauuu! Despúes de terminarse las cheves el par de exploradores antreros deciden ir a buscar a sus amigos. 'ira, dice uno, tú le das la vuelta por aquí y yo voy por allá, si no los encontramos nos vemos aquí mismo; y casi chocando sus manos y tomando tiempo en sus relojes salen a la búsqueda de prima con amigas.


Gaytán da una vuelta al lugar y no encuentra a nadie. Casi al llegar a la barra ve a Ramírez sentado en una mesa de reservado junto con dos güeyes, uno bigotón y el otro barbón y peludo. Sin sospechar su destino se dirige hacia el reservado y Ramírez al verlo le pide que tome asiento con ellos. Mira, dice el diplomático Ramírez, te presento a dos amigos, fulano y sutano. Nnoo, ps 'cho gusto, dice Gaytán. Siéntate amigo, dice barbas y pelos, ¿quieres una copa? Y como si las palabras mágicas se acabaran de pronunciar, Gaytán se sirve en un vaso tres hielos, medio de whisky y una pizca de agua mineral, se acomoda y empieza a platicar con el par de dos. ¿Y ustedes qué onda? Somos maestos en una prepa, éste da física y química y yo doy matemáticas. Ah, mira, qué interesante, dice Gaytán sirviéndose su segundo whiscacho.


En un momento dado, mientras la botella se empieza a vaciar, Gaytán pregunta a Ramírez: ¿y a estos de dónde los conoces, carnal? ¿Eh? No, güey, iba yo pasando pa' buscar a Soto y al pasar por el reservado éste -dirigiéndose a bigote- me hizo una seña, yo entré y le pregunté qué onda, me dice ¿quieres una copa?, y pos aquí estoy. Le dije que venía con un amigo, así que cuando pasaste pos te hablamos. ¿O sea que no los conoces? Nel, apenas orita; nos echamos la tella esa y nos vamos a busar a la gente, ¿no? Ok, dice Gaytán sirviéndose su tercer trago.


Al terminarse esa ronda, el par de angelitos se pone de pie dispuesto a retirarse, y uno de aquellos les dice: no, pérate, orita pedimos la otra, ¿o qué, ya se quieren ir? Es que venimos con unas amigas, dice Ramirez. Pues orita si las ven las invitan, dice fulano, pero no nos pueden dejar así nomás. ¿Así nomás?, se pregunta Gaytán el ingenuo; pos mientras el pisto corra yo aquí sigo.


Y así siguieron, con la segunda y hasta la tercera ronda, hasta que en un momento dado bigote le dice algo a Ramírez que Gaytán no alcanza a escuchar. Ramírez y él platican un rato, bigos sale de la escena y Ramírez le dice a Gaytán: oye güey, ¡ya valió verga esto! A cabrón, ¿por qué, güey, quieren que les paguemos las rondas o qué pedo? Pos más o menos, dice Ramirez, orita el bigotón me está diciendo que el barbón y él son novios, cabrón, y que andan de antro por que andan buscando novios y les latimos; el güey quiere que nos vayamos con ellos cuando se termine la siguente ronda, ¿cómo ves? ¡Ay güey, pérate!, yo todavía quiero ser señorito. No, pos yo también, ¿qué onda? Mira, les pedimos otra botella y pensamos qué onda, tú dile al güey ese que sí nos vamos con ellos pa' que no haya tox. Ok.


Cuando regresa bigote, el barbón se acerca con Gaytán y mientras le agarra una piernita le dice: ¿qué onda, ya hablaste con tu amigo? Sip, ya quedamos, pide la otra y a donde ustedes digan. ¿Neta, niño? Sí hombre, tú pídete la otra, no hay lío. Barbagay sonríe imaginándose que se va a estrenar al mancebo Gaytán, que nomás pasa saliva. Mira, le dice el pelos, cuando se quieran ir nomás digan: "oye, vamos por las frías, ¿no?", y así ya entendemos qué quieren. Ah, okeyyy, dice Ramírez. Ora resulta que hasta tiene claves y todo. Valió madre.


¿Conseguirán los putitos su cometido? ¿Estrenarán a este par por pendejos? ¿Dónde están Soto y su prima? No se pierdan el siguiente episodio de este trepidante bló...