Lo peor de un poeta es creerse poeta. Así es como un hombre de conocimiento sucumbe ante el enemigo más poderoso: el ego.
Desde que uno anda por ahí haciendo sus pininos literarios siempre habrá alguien que te diga que tu trabajo no sirve, que mejor te dediques a otra cosa, que la cumbre de la poesía nunca la verán tus chinguiñosos ojos y tienen razón, eso se lo dejo a los que con todo derecho luchan sin cuartel para hacerse un nombre en el mundo de las letras, esos personajes tienen derecho porque el sudor de su culo les ha costado, tantos y tantos versos, tantos libros, tantos encuentros, tantos premios, pues se lo merecen sin lugar a dudas. Pero desde que conozco a los poetas más encumbrados de mi generación y los he visto como perros desesperados buscando la beca para armar la revolución ¡saludos Jaime López! más odio el oficio de poeta.
Porque ahí ya no hay amor por la creación, porque ahí ya no hay catarsis ni dolor, sino un trabajo más y unas pinches ganas del reconocimiento como el mejor poeta de mi ciudad, de mi barrio, de mi calle, de mi círculo de amigos, porque frente a ti hablan maravillas de lo que haces y a tu espalda te acuchillan como parte de un juego macabro sin reglas escritas pero sí muy conocidas, si alguien habla bien de ti ten cuidado.
No se si lo mismo pase en otras ciudades pero aquí en Torreón pasa, andan buscando ser la verdad de la poesía "del norte" y yo me pregunto, ¿para qué fraccionar por zonas geográficas la creación? ¿Para qué hablar de poetas del norte, del sur, del este y el oeste? Así es como este país se divide, así es como el centralismo subsiste, y eso parece que no lo ven los ojos laureados de mis compatriotas, ¿o es que su corona de vanidad no los deja ver? Misterio.
Por eso ya no quiero ser poeta, ya no quiero que me digan así, prefiero llamarme a mí mismo "explorador de interiores" o como les dé la gana, el arte no debe tener nombre ni diferencias, y entre los artistas el poeta es el peor animal de todos, presume lo que no es de él, al poeta le dictan lo que debe de escribir, ¿cuál es la cualidad entonces? ¿para qué presumir tanto? He descubierto mejores pensadores en las cantinas que en los talleres literarios, he conocido mejores poetas en las banquetas que en las lecturas de las "figuras", he visto más sinceridad en una película porno que rodeado de escritores, así es el oficio y espero no tener que decirlo otra vez, ya no quiero ser poeta.