martes, 30 de junio de 2009

Un regalo para todos los fans de Bunbury

¿O debo decir de Enrique Ortiz de Landázuri Izardui? Que lo disfruten.

domingo, 14 de junio de 2009

El ataque de los trolls

Finished with my woman 'cause she couldn't help
with my mind

people think i´m insane because i am frowning all the

time, all day long i think of things but nothing seems

to satisfy

think i´ll lose my mind if i don´t find something to

pacify
can you help me! occupy my brain? oh yeah
.
BLACK SABBATH /PARANOID


La jefa de mi compadre Rubio es una señora metida en el mundo del esoterismo, cree entre otras cosas en ángeles, hadas y trolls y todas esas ondas, incluso tiene hadas tatuadas en su cuerpo.

Una noche que la señora andaba fuera de la ciudad, mi compadre me llama para que lo acompañe en casa de su mamá, está solo y la casa le da escalofrío, no es que sea miedoso me dice, sino que no sabe qué sentir con tanto méndigo mono por aquí. Y dice bien. Al llegar a su casa, junto con otra persona -que por más que trato de recordar no recuerdo quién era- vemos en una repisa que está en la sala una colección de trolls, esos méndigos monos greñudos de nariz prominente y ojos profundos, todos vestidos de diferentes maneras; eran como 8 ó 10, unos se veían más jóvenes que otros, con bastón y se veían bien cuidados. De primera impresión sí dan mala vibra por feos, pero pensamos que sólo se trata de eso: unos monos feos y que la jefa de este cuate tiene muy mal gusto para decorar una casa con semejantes adornos.

Como debía de esperarse en estos trances, compramos alcohol para pasar las noche en casa de este cuate, sentados en la sala con los trolls de frente y sólo una pequeña luz prendida, da un aspecto más feo a los monigotes, el reflejo de sus pelos y narices se ve en una pared como una sombra amplificando sus rasgos. Conforme el alcohol fluía empezamos a ver cosas raras en los trolls, güey ¿te fijaste que uno se movió?, me dice personaquenorecuerdoquiénera, ¡no mames! cómo se va a mover, neta, me cai que uno se movió; ya, güeyes, que me ponen nervioso, chilló Rubio. Al rato: pinche mono se me queda viendo muy feo cabrón, mira como brillan sus ojillos, como si se me quisieran echar encima todos, como en la película esa donde los juguetes son asesinos, sí esa donde sale un pinche mono con la cabeza de taladro, ¡ya cabrones! que no los invité pa que me asustaran, de por sí no puedo dormir con esas cosas aquí y luego ustedes vienen a mamar. No, pérate güey, es neta, ya vi lo que dice éste, sí se movió ése, ¿te fijas? hace rato su posición era ésta y míralo, ahora movió un brazo y la cabeza, pareciera que hablan entre ellos, chin no me pongas más paranoico.

Así estuvimos hasta que en un momento de la noche Rubio que ya no soportó más el ataque de los trolls, va a un cuarto y saca una caja de zapatos grande, echa a todos los monos en la caja y la tapa. Su cara se veía como la de los trolls, ojillos profundos llenos de odio hacia estos objetos. ¿Qué hacemos con estos cabrones? me pregunta, le digo como jugando: pos a darles en la madre ¿no? ¡quemémoslos! grita personajedesconocido, ¡órale! dice Rubio, a dos cuadras de su casa hay un baldío, sacamos una pala y vamos con la caja como un pequeño ataud, escarbamos un hoyo bastante grande en el lote, hay luna llena y podemos hacer todo sin luz, la luna nos vigila. Echa Rubio la caja al agujero y le prende fuego, vemos cómo los trolls se remueven en la caja como si de repente cobraran vida. Cuando ya los vemos achicharrados les echamos tierra, putos monos no pudieron con nosotros, hasta ahí todo bien.

Al otro día Rubio se va temprano a casa de su novia y deja la casa de su mamá sola, sabemos que en cualquier momento llegará la señora y verá que sus amados trolls no están. En la tarde me habla Rubio a mi casa, me dice con voz entrecortada de miedo, no me vas a creer lo que pasó cabrón, me habló mi jefa ya sabía yo por dónde iba, le iba a decir que los quemamos porque no los aguantaba en la casa, pero sólo me preguntó, oye hijo, ¿por qué están mis trolls en la basura? ¿en la basura? ¿cómo en la basura? preguntó Rubio a su mamá, si mijo, aquí estín todos en el bote de basura, cuando llegué los vi y los acabo de meter de nuevo. Aquél ya no supo qué contestar, desde entonces no hemos vuelto a esa casa, no vaya siendo que los trolls sean rencorosos y esperen su venganza.