lunes, 24 de septiembre de 2007

Vicios privados, virtudes públicas

Libertonia era un estado de bienestar social.
Si un ciudadano quería algo, desde un saco de
harina de huesos hasta un compañero sexual,
había un departamento dispuesto a ofrecerle
ayuda efectiva.
La amenaza implícita en esta envolvente
benevolencia apagaba cualquier idea de rebelión.
WILLIAM BURROUGHS, El almuerzo desnudo.

El asunto de las drogas y el narcotráfico se pone en entredicho en un país como el nuestro cuando los eventos de sangre y muerte que hay entre presuntos narcos y el estado ponen en medio a la gente "común", esa que tiene la información a cuentagotas y sólo ve el problema desde el lado que el estado quiere que se vea con la información en sus noticiarios y periódicos, la verdad sólo vista desde un problema de "los malos" contra "los buenos".

No hablaré aquí de el uso de las drogas desde tiempos prehispánicos, dado que el uso que se le da hoy día a las diferentes sustancias psicoactivas no tienen ya nada que ver con el uso que se les daba en aquellos tiempos.

Es obvio que aquí nunca se van a legalizar sustancias como la marihuana o la cocaína, porque a Estados Unidos no le conviene algo que una vez vendido en forma legal todo el dinero de las ganancias de los tratos que se hacen con los grandes narcotraficantes de aquel país, (sí, porque los grandes capos del narcotráfico no son colombianos ni mexicanos sino gringos) se les terminarían, y eso en un país de grandes empresarios no se puede permitir y como además vivimos en un país de apariencias, el estado hace como que combate al narco mientras este continúa apoderándose del país.

El hecho es que los que somos consumidores seguimos y seguiremos siendo tratados como delincuentes, cuando el asunto de las drogas debe verse como un asunto de salud pública, como actualmente se trata a los enfermos de tabaquismo o a los alcohólicos, pero mientras a los gringos esto les siga dando a ganar dinero y como en este país se hace lo que ellos dicen pues nosotros los pachecos seguiremos en el sueño guajiro de vivir en una sociedad tolerante con sus drogos como por ejemplo viven en comunidades tan avanzadas en ese aspecto como lo es Holanda y algunos otros estados europeos, ¿para qué quieren que se les legalicen las drogas?, preguntará un funcionario del estado, si ahí tienen para su consumo y gozo el futbol y las telenovelas, la iglesia y los reality shows, ¿más opio al pueblo?, no mis hijos, no podemos permitirnos eso, ya sabemos que las drogas destuyen.

martes, 18 de septiembre de 2007

Líquida voz de la noche


miércoles, 12 de septiembre de 2007

Hay gatos que no mueren

Para mis amigas amantes de los felinos

Este gato se llamaba El Moi; la verdad no sé si se llamaba así realmente pero mi amigo Alberto y yo así le pusimos, era un pinche gato pelón, tuerto, sin dueño, que nomás se la pasaba con nosotros.

Lo mejor de este animal eran sus gustos musicales. Cuando iba yo a casa de Alberto a escuchar discos, andaba por ahí rondando por un ventanal que daba a la calle, pero cuando realmente ponía atención en la música era cuando Alberto ponía el disco El Diablito de los Caifanes: cerraba el único ojo que tenía y se paraba rígido como esfinge a escuchar.

Una vez y a modo de juego pusimos ese disco al revés, sí, todavía se escuchaban los lps; el Moi se puso como loco al escuchar la voz y las guitarras como si estuvieran lléndose por un hoyo negro que se llevaba toda la luz. Nos sorprendió su comportamiento pero lo entendíamos, estábamos tratando de abrir puertas y le daba miedo desaparecer con nosotros.

Al Moi un día lo encontramos muerto dentro de un carro abandonado. Lo enterramos en un baldío detrás de mi casa, pero sabíamos que ese gato no murió realmente, porque como dicen los Caifanes: hay gatos que no mueren, le dan la vuelta al cielo.

lunes, 3 de septiembre de 2007

El vampiro viaja en taxi

La verdá es que no soy nadie
sin mi diablo
Babasónicos

Es por ahí de las nueve de la noche y voy a Gómez Palacio, ando en el centro de Torres y decido tomar un taxi, paro uno y al momento justo de subirme reconozco el aroma de la mota y la cerveza, el chofer me dice: pa' dónde güero? -Pa' Gómez. Se arranca por toda la Morelos y cuando se da cuenta que ya me di cuenta que anda grifo me ofrece un bote de cerveza que trae en una mochila. Antes de llegar al puente que divide las dos ciudades vemos que por arriba del puente están haciendo trabajos de pintura y no queda otra que desviarnos por abajo, entrando a una colonia de las fundadoras de esta ciudad, me dice el taxista que le dicen el Guampi, me muestra su dentadura y le faltan las dos piezas dentales del frente, dándole el aspecto de colmillos al resto de la dentadura. Me dice: me cai bien, güero, porque no se aguitó y mire nomás la suerte, antes de que se subiera usted iba a buscar unas amigas pa' coger, ando ganoso y me caíste bien, 'amos a buscarlas, por aquí se juntan, por el taxímetro no se preocupe, 'orita lo llevo a donde quiera. Como ando echando cheve y no traigo prisa le digo, 'ora! 'amos por sus amigas. Cuando entra en un callejoncito de esta colonia que, como decía, es de las primeras en el municipio dado que ahí empieza la cuidad, hasta hay un monumento de un Torreón en la entrada como signo de que ahí es la entrada a la ciudad, cosa muy simbólica porque ahí antes era un gran prostíbulo, ahora las prostitutas que ahi vivían y trabajaban se han tenido de repartir por toda la cuidad, de ahi venimos todos los hijos pródigos de esta cuidad.

Pero les decía: entramos al callejón y de repente veo salir de entre las sombras a dos entes que parecen mujeres, aunque tienen la estatura de dos niñas y están flacas y pálidas como zombies; su piel se ve como si tuvieran 200 años ahí, al acercarse al carro me llega el tufo a resistol 5000, ambas andan hasta la madre y puedo hasta ver resistol entre sus labios, cuando ven al Guampi una de ellas se para a un lado de su puerta y le dice: ¿qué quieres, papacito? -¿Cuánto por una mamada? -100 varos -neeel, no jales, -¿y a mi amigo? Una me ve y me dice: igual güey, 100 varos y aquí mero en el carro, me ve el chofis y le digo: no mame, ¿ya vio cómo tienen la boca llena de resistol? El güey se ríe y me dice: qué, güero, ¿tienes miedo que se te quede pegada? Imagino a esos entes en semejante trance y se me ocurre decirles: ¿50? -órale, pero de volada sáquesela porque estamos ocupadas, -¿Ocupadas? Bueno, pero primero el Guampi, -órales el que sea pero ya, dice una, cuando este cuate ve que es en serio, me dice, sabes qué güero, mejor vamos a buscar otras ¿no? No sé por qué estas no me dan confianza, suelto la carcajada y se arranca no sin antes decirles a las cosas, 'orita venimos mis reinas, ahí 'pérenos.
Cuando salimos del callejón me dice: ira güero, si queres amos a una cantina a bailar y ahí a ver qué agarramos, al ver a que cantina nos dirigíamos le digo: sabes que Guampi, mejor ahí muere, déjame pasando el puente y tú síguele -ta güeno güero, no hay pedo, sale de la colonia y me deja en mi destino. ¿Cuánto te debo? -50 güero, se los doy y le digo, vas con las rucas? -simón, ira, justo lo que me cobran
El Guampi se arranca y me deja pensando en el agasajo que está a punto de darse el vampiro, qué suerte.