El mero catorce de febrero del 2008 por ahí de las seis de la tarde tomo un taxi, porque voy a recoger a mi "pequeño huracán ambulante", o sea mi hija Paula.
Subo al taxi y el chofer me dice: ire camarada, iba a recoger 'orita a mi esposa, pero ya lo recogí a usté y pos ni modo, que se joda. Se queda pensando un rarto el chofer y me dice: sabe que joven, hoy cumplo 28 años de casado. Como todo el día fue de globitos y peluchitos pensé que me iba a soltar una linda historia de catorce de febrero, así que yoelingenuo le pregunté que qué onda con eso de cumplir tantos años de casado y me dice: noooo joven es una joda, la neta ya no sé cómo quitármela de encima a esta pendeja, ya me tiene hasta la madre, le pido el divorcio y me manda a la chingada, la neta yo lo hago por mis hijas, pero hasta ellas me piden que mejor nos separemos pero esta no quiere, ya le he paseado a mis amantes en su jeta, y ni así, no tiene madre... Para entonces entendí que la historia de amor que esperaba escuchar no lo sería, pero ya no supe cómo parar al furibundo chofis.
Venía platicándome entonces de sus romances, de como sus hijas ya no lo esperaban en su casa los fines de semana porque el señor se les perdía por días enteros, yo sin saber qué contestar solo movía la cabeza afirmativamente mientras veía por fuera de la ventana del carro como las parejas de enamorados se paseaban por la calle agarrados de la mano (sonó a canción), como todo parecía tan jodido cuanto este tipo me decía que todo como regalarle unas flores a la señora pa' según él tenerla contenta, mientas vuelvo a las andadas, decía mientras mostraba una sonrisa socarrona, nooo joven sí así son todas las pinches viejas, ahi nomás les compras cualquier cosa y las tienes contigo, yo por eso quiero tanto a esa pendeja, porque no me dice nada.
Para entonces ya no sabía yo si eso que me comentaba era cierto o era mi retorcida imaginación, hasta que me dejó en mi destino. Al momento de pagarle el viaje (literalmente) me dice para rematar: cuando quiera lo invito a mis fiestas, soy la unidad fulana de tal de tal línea; le dije órale, yasta, y sale rechinando llanta dejándome con esa sensación de que esas fechas tan absurdas como los catorce de febrero todos deberíamos de conocer a una persona como ese taxista que conocí esa tarde para darnos cuenta del significado de lo que unos llaman amor.
Ni modo. Yo fui por mi "huracán" y muy felices nos fuimos a un parque, que chingue su madre el día del amor.