miércoles, 20 de febrero de 2008

"puesto que el hombre no sólo es un ser racional que ama, piensa y crea, sino también eructa y mea"


martes, 19 de febrero de 2008

Una del catorce de febrero

El mero catorce de febrero del 2008 por ahí de las seis de la tarde tomo un taxi, porque voy a recoger a mi "pequeño huracán ambulante", o sea mi hija Paula.

Subo al taxi y el chofer me dice: ire camarada, iba a recoger 'orita a mi esposa, pero ya lo recogí a usté y pos ni modo, que se joda. Se queda pensando un rarto el chofer y me dice: sabe que joven, hoy cumplo 28 años de casado. Como todo el día fue de globitos y peluchitos pensé que me iba a soltar una linda historia de catorce de febrero, así que yoelingenuo le pregunté que qué onda con eso de cumplir tantos años de casado y me dice: noooo joven es una joda, la neta ya no sé cómo quitármela de encima a esta pendeja, ya me tiene hasta la madre, le pido el divorcio y me manda a la chingada, la neta yo lo hago por mis hijas, pero hasta ellas me piden que mejor nos separemos pero esta no quiere, ya le he paseado a mis amantes en su jeta, y ni así, no tiene madre... Para entonces entendí que la historia de amor que esperaba escuchar no lo sería, pero ya no supe cómo parar al furibundo chofis.

Venía platicándome entonces de sus romances, de como sus hijas ya no lo esperaban en su casa los fines de semana porque el señor se les perdía por días enteros, yo sin saber qué contestar solo movía la cabeza afirmativamente mientras veía por fuera de la ventana del carro como las parejas de enamorados se paseaban por la calle agarrados de la mano (sonó a canción), como todo parecía tan jodido cuanto este tipo me decía que todo como regalarle unas flores a la señora pa' según él tenerla contenta, mientas vuelvo a las andadas, decía mientras mostraba una sonrisa socarrona, nooo joven sí así son todas las pinches viejas, ahi nomás les compras cualquier cosa y las tienes contigo, yo por eso quiero tanto a esa pendeja, porque no me dice nada.

Para entonces ya no sabía yo si eso que me comentaba era cierto o era mi retorcida imaginación, hasta que me dejó en mi destino. Al momento de pagarle el viaje (literalmente) me dice para rematar: cuando quiera lo invito a mis fiestas, soy la unidad fulana de tal de tal línea; le dije órale, yasta, y sale rechinando llanta dejándome con esa sensación de que esas fechas tan absurdas como los catorce de febrero todos deberíamos de conocer a una persona como ese taxista que conocí esa tarde para darnos cuenta del significado de lo que unos llaman amor.

Ni modo. Yo fui por mi "huracán" y muy felices nos fuimos a un parque, que chingue su madre el día del amor.

domingo, 17 de febrero de 2008

Los jinetes sin cabeza

Ray Manzarek ha tenido desde hace años un problema muy grave: ese problema se llama Jim Morrison, y digo problema porque cuando el Jim vivía y era parte de los Doors, el interactuar con el personaje en cuestión le sacó más de una cana verde al hoy día cabecita blanca Manzarek, que nada güey siempre dejó hacer su santa voluntad a un cada vez más insoportable rey lagarto.

Pero como Morrison era la cara más reconocida de ese cuarteto y el que atraía a las masas, él mismo sabía que de dejar a los Doors este grupo se terminaría sin remedio o se hundiría en la mediocridad, que fue lo que resultó a la muerte del mismo. Manzarek, Krieger y Densmore no podían vivir con él pero no sabían vivir sin él, en una triste dependencia al poeta alcohólico que al final de los días de esta mítica banda odiaba tanto a sus compañeros como a los fans que ya no lo podían ver como al ángel del orgasmo que fue, sino como a un gordo poeta venido a menos. Morrison desde el malogrado disco The Soft Parade estaba convencido que de quedarse con el resto de la banda él se convertiría en una ridícula caricatura de él mismo como luego les pasó tanto a Ray como a Robby al tratar de continuar con el legado de una banda que murió en una tina de baño a mediados del setenta y uno.

Y es que ahora resulta que este par andan de gira por México, como The Doors, faltándole al respeto al legado de sus compañeros, tanto a Densmore como al mismo Morrison en un afán de ganar "algo" de lo que dejaron en el camino después de que se separaron allá por el 72, luego de dos discos mediocres que más bien sólo eran la confirmación de que ellos sin el cantante no eran más que un grupo de jazz de mediana calidad, a pesar de que en cierto momento de su carrera post-Morrison quisieron recultar a gente como en su momento un joven Iggy Pop que sólo les robó la ropa de Jim y desapareció sin dejar rastro. Eso les pasa por creer que de algún modo podían reemplazar al poeta.

Y bueno estos jinetes sin cabeza podran seguir de gira y hablar de lo maravilloso que es México y de que Jim esto y Jim l'otro; sólo los que de verdad respetamos la música de esta banda sabemos que The Doors están enterrados en un cementerio parisino y que tratar de revivir a un cadáver siempre será una cuestión de mal gusto y desesperación por la falta de talento de dos ancianos decrépitos que no quieren entender que sin Jim los Doors o como se quieran llamar nunca serán de respeto y que a nadie le importa lo que intenten. Yo me quedo con los discos, allá ellos.