lunes, 12 de noviembre de 2007

Soda Stereo en Monterrey

Agencia Deforma

Fuimos testigos del reencuentro de Soda Stereo en la ciudad de Monterrey y esta es una especie de reseña.

IMÁGENES RETRO

Parece difícil de creer pero Soda está tocando mejor que hace 10 años, en aquel tiempo de la despedida se notaban algo forzados en el escenario y con unas ganas de largarse que se les veía a leguas, ahora con la distancia y después de un bálsamo de algunos millones de dólares a las cuentas de los tres, se ven más sueltos y eso sí, con ganas de divertirse y darle a su público lo que quedó inconcluso en su gira de despedida, tanto que en este concierto tocaron por espacio de casi tres horas, dejando a todos satisfechos, tanto a los que se sabían su discografía completa como a los que sólo van a escuchar las canciones de los "grandes éxitos".

JUEGO DE SEDUCCIÓN

El escenario que se montó para esta gira es algo fuera de lo común para una banda de rock latinoamericana, con un sonido impecable y potente, cada palabra y cada gesto del mejor front man del rock en español era coreado y repetido por sus fans, cada luz y cada imagen de las tres pantallas detrás de los músicos eran milimétricamente controladas, un espectáculo digno del primer mundo del rock, además como ya decía líneas arriba Gustavo Cerati, con el carisma que tiene, pide a la gente y la gente se entregaba a su voz y su guitarra apasionada y poderosa, que blandía a veces como un arma de destrucción, como el solo grungero que se aventó después de tocar sueles dejarme solo, o los guiños a sus héroes cuando tocó partes de canciones como delicate sound of thunder de pink floyd, puto de molotov, en cuando pase el temblor le cambió la letra a: despiértame cuando pase el reggeton, o here comes the sun de los beatles después de una versión increíble de cae el sol.

SIGNOS

Aún y que se nota que ya no son los jóvenes del pasado y que recurrieron a algunos trucos de loops a la hora de tocar algunas versiones de sus primeros discos, esta gira de reencuentro y despedida deja satisfechos a sus fans y a los no tanto, pero eso sí, se tiene que reconocer que el espectáculo que brindaron en el estadio universitario de Monterrey es algo que en mucho tiempo no se volverá a ver, además al mismo tiempo es triste decirlo pero en el rock que se escucha en español es difícil encontrar una banda con blasones y canciones tan emblemáticas como el de este trío de argentinos, el tiempo tal vez cambie esto, pero si este grupo se despidió y hace diez años no hay nada como Soda Stereo también es digno de análisis.


Además, como nota, antes del concierto pasan unas cápsulas de un comediante argentino que habla del rock, que son muy divertidas.

Habitación con hombre muerto

Ella está sola en una habitación desconocida, afuera la calle no le dice nada, tal vez un momento su alma vagó entre palabras que atravesaban el viento y rompieron algunas ramas en un árbol lejano, pero ella no lo sabe, sólo sabe que está allí y que no tiene ganas de ver a nadie.

Abre una cerveza y la bebe con avidez, el líquido resbala y conforta, estira las piernas y piensa en la cercanía de las paredes, en lo grande de esa cama, en las almohadas que no saben de sus sueños, tal vez piense en él, lo imagina, se levanta de la cama y se dirige al baño, se ve en el espejo y se hace muecas, como en las fotos no se gusta pero no reconoce sus ojos, vuelve y abre otra cerveza, enciende la televisión y el hombre muerto se le aparece como en una visión, ellos se conocen, ella lo visitó hace poco en su casa en París, pero él no atendió, estaba ya muy lejos y no salió a leer lo que ella le llevaba esa tarde, pero se lo dejó en la puerta por si algún día se interesaba y regresaba a tocar las letras que sólo le pueden dar calor como el sol que allí donde él está es tan difícil tomar.

Ella lo ve y lo imagina, sus ojos se cruzan más de una vez, él la puede reconocer pero no la recuerda, tanto tiempo fuera de la vida, tanto tiempo dentro de esa pantalla lo hacen perder ese recuerdo de una piel o de una voz que no sea la suya que sigue retumbando desde la muerte, ella lo sabe y por eso no le habla, por eso no le grita ¡hey Jim, te acuerdas de mí!? Porque sabe que ente ellos es mejor el silencio, es mejor seguir la voz del muerto que esa noche la acompaña en esa habitación desconocida, esa habitación de los muebles tan cerca uno del otro, que no dan tiempo de soñar con soltura, que no dan tiempo de pensar en otra cosa que no sea en abrir otra cerveza y pensar en el hombre que vino a visitarte esa noche desde la muerte.