jueves, 6 de diciembre de 2007

El trueno y la luz

Estaba acostumbrado a las luces de las cámaras, estaba acostumbrado al flash al momento de las fotografías. Desde muy joven vivió una fama si no repentina -porque él sabía que sería famoso- sí agobiante, que le quitó la oportunidad de vivir fuera de la vorágine que representaba su grupo.

Las luces no lo molestaban, vivía dentro de una caja transparente esos primeros diez años con los otros tres, vivía para la pose, en las portadas de sus discos y en las entrevistas, hablaba como ya no hablan ahora, había filo en sus palabras, en su guitarra, en sus letras, hablaba de la vida jodida sin sus padres, el odio que sentía por los que eran sus fans, era mucha luz alrededor suyo, tanto amor lo lastimaba, y el sólo atinaba a burlarse del resto de la humanidad que buscaba significados místicos en su música cuando todo decía él era una gran broma, como cuando dijo lo de jesucristo, lo de la meditación, las portadas de sus discos, él sabía que su tiempo era de búsqueda de algo que quitara el dolor de vivir, él mismo no pudo contestar a quien lo buscaba como el mesías, él mismo no encontraba paz en una época donde las drogas cubrían con su máscara la angustia de la vida al borde de la locura.

Por eso después de subir a esa azotea fría y tratar de revivir a un muerto por dinero, se refugió en castillos inmensos, donde los ecos de su voz interior no lo despertaran en medio de la noche, quería silencio y se apartó de la luz, se escondió en un refrigerador como pavo frío, purgando faltas pasadas que ella no le perdonaba del todo, ella que le inyectaba la heroína, ella que le decía que el hogar era donde debía estar y que cuidara a su hijo, para que no se sintiera culpable de no poder verlo crecer como pasó con el primogénito.

Pero después de cinco años escuchó un día por la ventana del departamento a Chuck Berry y el maldito gusano del rocanrol lo invadió de nuevo, le dio al mundo Double Fantasy, y estaba dispuesto a regresar como un guerrero que se hizo a un lado sólo a curar heridas, quería otra vez la luz sobre su cabeza, pero una noche solo recibió el trueno del odio que lo partió en cinco pedazos, él miró un cielo negro y por un momento vio a su madre con las manos llenas de sangre, quiso hablar pero su voz fue un río rojo, por fin sentía paz, por fin dormiría sin despertar con ese peso sobre sus hombros y por un momento sonrío.

1 cuadros de papel higiénico:

i dijo...

"Life is what happens to you / while your busy making other plans"

Salud por JL y por JDM, dos jinetes que van más adelante, en esta misma tormenta.